Me pregunta por mi relación con el sol que me regaló. Le cuento que ya no brilla, que en la cama de su jaula le robarón el fulgor, un beso y la razón.
Llorando me demanda aquel corazón con el que me sorprendió esa tarde en la estación. Rebusco en mis bolsillos con la certeza de sólo encontrar tristeza. Lo cierto es que al lamerlo se me rompió, y me percate de toda su belleza...
Ahora forcejea por las noches el cerrojo de mi habitación.
Los sueños me mienten y la realidad lo desmiente.
Voy a morir y en un par de días, que alguien me despierte...
Gemma Fanjul