domingo, 13 de diciembre de 2009

450km

Todo comenzó con unas copas de champán, nochevieja, y tan vieja...
Una sonrisa a las doce y unos zapatos estampados. 8cm de preparación.
Los ojos brillantes, algo más de lo normal. Sus ojos y 7 días con 450 km.
Fue un baile de premoniciones, un baño de alcohol y felicidad.
Detrás, uno de los mejores años de mi vida y un cenicero en rebajas.
Aun me quedaba mucho por conocer.
Fueron varias noches en tarros de helado. Hambre en los ojos y en las manos.
Sentimientos a media jornada.

En un septiembre lleno de esperanza, compré un billete sin conocer el destino.
Suena el reloj, dan las 5 y se cierran los bares.
Papel, lapiz, humo y un plano de cercanias en blanco y negro.
No llegará el final. No hoy.

7 días, 450 km y otra noche...

Gemma Fanjul

domingo, 1 de febrero de 2009

Nada hay

Nada hay, y nada se puede sacar

De la monotonía de los platos vacíos

De la rutina de los pies descalzos

De los patios de recreo donde resuenan los disparos

De los cotos de caza humana.


Nada hay, y nada se puede sacar

De las miradas heladas y las casas invertebradas

De los sueños, los pensamientos, de tan pocos sentimientos

De las sonrisas, de las tardanzas

De las despedidas entre batallas


Nada hay, y nada se puede sacar

De los cabellos cardados

De los rostros despeinados

De las ciudades destruidas y los corazones derrumbados

De todos los alientos apocopados


Nada hay, y nada se puede sacar

Sólo de la mirada de un niño

De la sonrisa de un anciano

De ese grito de libertad

Sólo sangre y esperanza


Es lo único que se puede sacar



Gemma Fanjul

Papel tricolor I


Recuerdo y recordaré siempre los negocios de aquella tarde

el trueque de sonrisas y sentimientos en papel tricolor

y el manejo de la camará de revelado de los sueños

aquel día de cumplir 3 primaveras y un invierno

en el que descubrí que en otoño también lucía el sol

y que en la oscuridad se podía ver con las manos frias

y que lo que sonaba no era el tictac de un reloj

sino el ladrido de algo que se hacía llamar corazón

y se encendían las velitas de una nueva vida

de 365 días , 1 noche y 1000 y un ilusiones futuras

lo recuerdo como si hubiera sido hace 1 parpadeo

y me acuerdo de algunas voces que me miraban

y algunos susurros que gritando me felicitaban

hoy en los días de este cálido invierno recuerdo

y fabrico un barquito con papel tricolor y sueños

y navego por la reminiscencia

una llamada o un pensamiento quien sabe

sobre todo que te acuerdes que recuerdo


Gemma Fanjul

jueves, 15 de enero de 2009

En un par de días

Todas las mañanas me despierta. Es el reloj adolescente, el corazón de caramelo. Es ese alquien que nadie ve pero todo el mundo siente. Ese nadie que sólo yo toco sin saber que me ama y amo con la certeza de que no me quiere.
Me pregunta por mi relación con el sol que me regaló. Le cuento que ya no brilla, que en la cama de su jaula le robarón el fulgor, un beso y la razón.
Llorando me demanda aquel corazón con el que me sorprendió esa tarde en la estación. Rebusco en mis bolsillos con la certeza de sólo encontrar tristeza. Lo cierto es que al lamerlo se me rompió, y me percate de toda su belleza...

Ahora forcejea por las noches el cerrojo de mi habitación.
Los sueños me mienten y la realidad lo desmiente.
Voy a morir y en un par de días, que alguien me despierte...


Gemma Fanjul